Papá, incluso cuando está cansado y agotado, sigue yendo a trabajar todos los días sin quejarse, y de alguna manera, sigue preocupándose por nosotros más que por sí mismo. He sido demasiado tímido para decirlo en voz alta, pero siempre estoy profundamente agradecido en mi corazón. Gracias por escuchar atentamente mis presentaciones y confiar en mí, independientemente de mis decisiones. Sobre todo, gracias por amarme tanto que puedo sentirlo en cada parte de mi ser. Papá, lo amo con todo mi corazón.