Una segunda propuesta


Fui por mi hijo a la escuela.
—Mamá, deme su mano.
Cuando extendí mi mano, deslizó suavemente un anillo de gelatina en mi dedo anular.
—¿Otra propuesta? Quieres casarte conmigo, ¿verdad?
No podía dejar de reír. Hace tres años, se había arrodillado y me ofreció un diente de león que había recogido al borde de la carretera. Habiendo recibido dos propuestas, ambas de mi hijo y no de mi esposo, no pude evitar sonreír.
Go Top
¿Realmente desea eliminar? No se podrá recuperar.