Las historias de animales que retribuyen la bondad humana se conocen como fábulas sobre la gratitud. Aunque puedan parecer cuentos de hadas, estas historias a veces ocurren en la vida real.
Un día, en Sudáfrica, un hombre estaba a punto de salir de casa cuando halló a un búho herido que yacía indefenso en el suelo. Lo llevó con cuidado a su casa, curó sus heridas y le proporcionó un nido cálido y comida nutritiva. Bajo su dedicado cuidado, el búho poco a poco recuperó las fuerzas, y después de unos dos meses fue capaz de volar de nuevo. Cuando llegó el momento, el hombre lo devolvió a la naturaleza, creyendo que su breve vínculo había terminado.
Sin embargo, el búho no lo olvidó. Aun después de recuperar su libertad, regresaba de vez en cuando, y nunca con las manos vacías. En cada visita traía pequeños regalos: ratones, serpientes o insectos. Aunque no eran el tipo de regalos que una persona podría recibir, eran la expresión de gratitud más sincera del búho. Aunque los regalos, al final, fueron para el gato, la mascota del hombre, lo que realmente lo conmovió fue el corazón inquebrantable del búho.
Reconocer la amabilidad y retribuirla es una virtud, pero a menudo los seres humanos no lo hacen. Quizá sea por eso que las historias de animales que devuelven amabilidad, a pesar de seguir principalmente sus instintos, resuenan tan profundamente en nosotros.
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