
En 2016, el buque surcoreano Sun Peony, transportando 7800 toneladas de productos químicos líquidos, navegaba desde Tailandia hasta Taiwán. Sin embargo, se topó con un tifón, y las feroces olas dañaron la bodega de carga delantera, causando una inundación. En la desesperación, la tripulación intentó varios métodos para drenar el agua, pero no tuvieron éxito. Como la proa del barco continuaba hundiéndose, el capitán tomó una decisión determinante: ordenó arrojar la carga. El acto de lanzar carga por la borda es una maniobra marítima para aligerar un barco cuando se enfrenta al riesgo de hundirse.
Al desechar 370 toneladas de carga en el mar, el barco recuperó gradualmente su equilibrio y alcanzó su destino con seguridad. La liberación de 370 toneladas no solo salvó las 7400 toneladas restantes de carga, sino que también preservó la vida de la tripulación y la seguridad del propio buque.
En nuestra vida, hay momentos en los cuales también debemos dejar ir. A veces, no son solo posesiones materiales, sino algo dentro de nosotros que necesita ser liberado. Dejar ir nunca es fácil, pero puede ser una decisión acertada para proteger lo verdaderamente importante.
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