Fresas frescas y las que se han estropeado


Una cesta repleta de fresas se encuentra sobre la mesa; la mayoría de ellas están frescas, aunque aproximadamente un 15 % se encuentran dañadas. Un grupo de niños se dividió en dos: uno encargado de seleccionar únicamente las fresas frescas, y el otro de identificar las que estaban dañadas. Posteriormente, se les pidió que estimaran el número de fresas estropeadas. Los niños encargados de seleccionar las fresas frescas estimaron la cantidad de las deterioradas con una precisión notable. No obstante, aquellos que se dedicaron a las fresas deterioradas sobreestimaron su cantidad, llegando incluso a confundir algunas fresas frescas con estropeadas. El mismo patrón surgió cuando el experimento se realizó con adultos.

Este experimento, realizado por la psicóloga austriaca Elizabeth Lukas, ilustra el efecto de negatividad, un fenómeno psicológico en el que el énfasis en los aspectos negativos lleva a percibir incluso los elementos positivos de manera negativa. En efecto, aquello en lo que decidimos centrarnos condiciona nuestra percepción de la realidad.

Cada uno de nosotros sostiene su propia cesta de fresas. Ahora, tome un momento para examinar lo que tiene en sus manos. ¿Cree usted que está sosteniendo fresas estropeadas? Si es así, intente cambiar su perspectiva. Tal vez, desde el principio, siempre estuvieron frescas.
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