Cuando las personas se enfadan, tienden a levantar la voz
porque sienten que la distancia emocional entre ellas ha aumentado. Creen que cuanto mayor es la distancia,
más fuerte deben gritar para conseguir que las escuchen. Sin embargo, cuanto más gritan, más se distancian sus corazones. Hablen en voz baja y con suavidad, en un tono agradable de oír de cerca.
Sus corazones se acercarán de forma natural.